Descripción
En un universo donde la perfección familiar se presenta como un espejismo, mi obra al óleo clama lo que muchos callan.
La imagen que he creado es un caleidoscopio de emociones distorsionadas, donde los colores vibrantes chocan con la oscura realidad de no encajar.
La inquebrantable norma a la que se espera que todos nos adaptemos.
Un grito desesperado que desafía la noción de lo que se supone que debería ser la felicidad.
Gritos en color representa la historia de aquellos que no se conforman, que resisten la presión de encajar en moldes que nunca fueron hechos para ellos.
No como representación; sino como manifiesto.
Es un llamado a la autenticidad en un mundo que premia la conformidad. Y en cada niño que grita en color, hay un recordatorio de que la verdadera felicidad no radica en una sonrisa fingida, sino en la valentía de ser quien realmente somos.